Los 22 pisos de la torre Pichincha
y su robusta forma nos dan una muestra de la cantidad de viviendas que pueden
haber dentro de ella. Conservando sus líneas rectas y sus colores claros, se
apoya firmemente sobre las plataformas que dividen los usos del conjunto
habitacional. Palmeras y arbustos sobresalen del lugar sin competir con la
grandeza del edificio. La plazoleta central permite que las torres no se vean
enfrentadas, permitiendo unas buenas visuales. La diferencia de los niveles
marca y divide sutilmente los espacios.
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