martes, 12 de noviembre de 2013

LA HISTORIOGRAFIA OPERATIVA DEL MOVIMIENTO MODERNO

Arquitectura y Crítica – Josep María Montaner

Las bases metodológicas del movimiento moderno se situaban en la tradición del idealismo e historicismo de Hegel, con su idea de progreso y de espíritu de los tiempos. Se integran a esta corriente las aportaciones de las teorías psicológicas de la percepción y de la pura visualidad. Esto se hibrida con el soporte del racionalismo cartesiano, del positivismo y del cientifismo de Auguste Comte y Gottfried Semper, expresado en la confianza del progreso técnico. Si el movimiento de las vanguardias arquitectónicas es de una intensidad y trascendencia irrepetible, los textos que redactaron sus protagonistas, los grandes creadores de la arquitectura moderna, poseen un valor privilegiado.

Aldolf Loos en Ornamento y delito, concilia las concepciones renovadoras de principios de siglo con la fidelidad a los principios de la simplicidad y tecnicidad clasicistas.
Walter Gropius En textos como Internationale Architektur, La nueva arquitectura y la Bauhaus, Gropius insistió en el trabajo sistemático en equipo para crear la nueva arquitectura como inevitable producto de las condiciones técnicas, sociales e intelectuales de la época.
Mies Van Der Rohe parte de la mejor plataforma: el clasicismo alemán de Karl Friedrich Schinkel, y sobre esta base construye la más elaborada arquitectura. Mies considera que “lo bello es el resplandor de la verdad” y que “nuestra tarea, en esencia, es liberar a la práctica de la construcción del control de los especuladores estéticos y restituirla en aquello que debiera ser exclusivamente: construcción, la arquitectura no tiene nada que ver con la invención de formas”.
Le Corbusier en Hacia una arquitectura, presenta las obras de los ingenieros como modelo, proponiendo una síntesis entre el nuevo universo de la máquina y las constantes extraídas de las grandes obras del pasado, especialmente la arquitectura grecorromana.
Frank Lloyd Wright en escritos como An organic architecture: The architecture of democracy, comparte con Louis Sullivan la defensa de un funcionalismo orgánico y la concepción de una arquitectura viviente. Él defiende el nacimiento de una nueva arquitectura para una nueva sociedad orgánica basada en el individualismo y la democracia.
Louis I. Kahn en escritos como What will be has always been, evidencia la influencia de Andrea Palladio por su relación entre obra estricta y construida y por su divinización de la idea, el orden y la simetría.
Sigfried Giedion, historiador de arte e ingeniero mecánico comenzó con la creación de una historiografía del movimiento moderno, toda su teoría se basa en dos conceptos claves: -La idea global y unificadora de espacio, en sintonía con los logros del movimiento cubista. Y– La idea básica de la trascendencia de la técnica y la mecanización en la evolución del arte y de la arquitectura.
En el libro The growth of a new tradition, insiste en que “la arquitectura se inicia en la construcción y termina en el planeamiento urbano” y que se basa esencialmente en la ingeniería y la planificación urbana, se consolida como el texto fundacional de una nueva tradición moderna.
En su texto crucial: Architecture, you and me, expresa una cierta insatisfacción por las insuficiencias de la arquitectura moderna: plantea las limitaciones simbólicas de la arquitectura de Mies Van Der Rohe, reivindica la necesidad de una nueva monumentalidad que satisfaga los deseos de la identificación colectiva del hombre común y reclama la recuperación de un sentido de comunidad perdido que debería volver a reflejarse en los espacios y edificios públicos.
Nikolaus Pevsner continúa con la aportación historiográfica de la arquitectura moderna, él destaca la importancia del Art Nouveau y de la nueva técnica de las estructuras metálicas.
Bruno Zevi, es otro aportante de la historiografía, publicó distintos textos para defender la nueva arquitectura orgánica como alternativa para superar las inhibiciones y condicionantes de la ortodoxia moderna.
James Maude Richards fue un luchador en pro de la arquitectura del movimiento moderno, sus intervenciones insistían en la importancia de los centros cívicos y en que la arquitectura tuviera en cuenta “el hombre de la calle”.
Peter Reyner Banham en su libro Teoría y diseño en la primera era de la máquina, comparte la similitud entre los productos industriales y el arte popular, la máquina, la industrialización y la tecnología continúan siendo los motores ineludibles de la evolución de la arquitectura moderna. A él se le debe la invención del ambiguo término de nuevo brutalismo, en el que se defiende un nuevo paso de la arquitectura moderna hacia una mayor contundencia estructural, el uso de los materiales brutos, sin decoración ni tratamiento, mostrando todas las instalaciones del edificio.

Leonardo Benevolo compagina la historia y la crítica con el trabajo profesional como arquitecto y urbanista. Es un convencido continuador de las tesis de la arquitectura moderna, en especial la visión tecnológica de Sigfried Gedion. En todos sus textos se parte de la premisa marxista de que las infraestructuras políticas y económicas son previas a las superestructuras artísticas y culturales, por esta razón Benevolo siempre otorga primacía a la gestión, planificación, entendiendo la arquitectura y el urbanismo como una parte de la política.

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